Emocionario


Como sabéis en 2ºB estamos trabajando en clase con este libro: El emocionario. No hace falta que lo compréis, ya que lo estamos leyendo y trabajando en clase. A continuación os dejo las imágenes para que podáis seguir trabajando en casa con lo leído en clase o investigar un poco más. Después os dejo las recomendaciones de la página para niños de 3 a 6 años y de 7 a 9. En la página podéis encontrar material extra e ideas para continuar indagando. Para cualquier duda quedo a vuestra disposición. Espero que disfrutéis descubriendo con vuestros hij@s las emociones.



Para personas de 3 a 6 años
Para niños pequeños, recomendamos que se comience sacando provecho a las ilustraciones de las emociones más sencillas (vergüenza, ternura, odio, aburrimiento, felicidad). El niño y el adulto pueden conversar sobre qué les ha sucedido a los personajes de las ilustraciones y sobre cómo se pueden sentir y por qué. También puede resultar adecuado explicar situaciones que se hayan vivido en las que esté implicada la emoción de que se trate en cada caso. A continuación, se puede leer el texto; por lo que sabemos de otras experiencias, los niños disfrutan cuando se les leen los textos y, de esta manera, se van familiarizando poco a poco con el vocabulario. Además, así adultos y niños se acostumbran a que las emociones pueden ser un tema de conversación natural entre ellos y se va aumentando la confianza y la intimidad entre ellos.

En otros momentos, cuando los niños experimentan una emoción determinada, que todavía no conocen, se puede leer la definición en el “Emocionario”. Así, los niños van identificando lo que oyen con lo que sienten. Esto tiene un efecto tranquilizador y normalizador: por un lado, aprenden que lo que sienten tiene un nombre; por otra parte, saben que otras personas sienten lo mismo.


Para personas de 7 a 9 años
Que los adultos y los niños compartan experiencias vinculadas a determinadas emociones contribuirá a establecer vínculos más fuertes y a que los miembros de la familia se conozcan mejor unos a otros. A algunos niños les asombra comprobar que sus padres también sienten miedo o inseguridad. Esto ayudará, además, a fortalecer la empatía de los niños y su capacidad para ponerse en el lugar del otro.

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